Alquimista, por Jan Matejko
El conjunto de poderes sobrenaturales que reciben ciertos individuos y que les otorga control sobre los elementos naturales es conocido como magia o poderes mágicos. En Élimbar, los guardianes y maestros se refieren a él como "el don".
Es necesario que el aprendiz alcance un determinado grado de afinidad con él para poder dominarlo de la manera adecuada. Al contrario que lo que ocurre con la brujería, no es necesario realizar ninguna técnica, conjuro o ritual para utilizarlo, bastando la expresión de la simple voluntad de actuar para hacerlo.
No se sabe cómo aparece el don en cada nueva persona, pero sí que se sabe que no es hereditario, y que debe de manifestarse en gran parte de los magos en torno a la adolescencia.